Christians Gathered and Sharing Theirs Lives Together

Devoción del 29 de abril

No provoquéis a ira

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Efesios 6:4

Se ha señalado que la palabra traducida como padres podría muy bien traducirse como padres y madres, porque los incluye a ambos. También es verdad que el énfasis se pone principalmente sobre el padre, pues es responsable de lo que los niños lleguen a ser. Eso da que pensar, ¿no es así, padres? Pero es verdad. Las madres pueden hacer cumplir las reglas, pero es la tarea del padre establecerlas y supervisar que sus hijos se críen adecuadamente. No hay nada más deshonroso para el espíritu de la cristiandad que la actitud que adoptan muchos padres: Mi trabajo es ganarme la vida; el trabajo de mi esposa es criar a los niños. ¡No es así en la Palabra de Dios! En la Biblia la responsabilidad última de cómo es el hogar es del padre.

Exasperar significa provocar a ira, lo cual conduce a la rebelión. Es la palabra de donde deriva la palabra paroxismo. Padres, no provoquen a sus hijos hasta el punto de que pierdan completamente el control y estallen contra la autoridad. Hay dos cosas que provocan que un hijo finalmente se rebele contra sus padres: la indulgencia y la severidad. Estas dos cosas son el negativo de las dos cosas que Pablo enseña a los padres que hagan: Criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Lo opuesto a estas instrucciones son la indulgencia y la severidad. La indulgencia hará al niño inseguro, deprimido y egocéntrico. Eso es lo que llamamos un niño mimado, el que crece esperando salirse con la suya en todo y que pisotea los sentimientos de los demás. El otro extremo es la severidad, la disciplina exigente que nunca va acompañada de amor, interés y comprensión. La disciplina militar rígida, que dice: Haz esto, haz aquello, haz lo otro, inevitablemente conducirá al niño a rebelarse al llegar a la adolescencia.

Una vez pregunté a algunos estudiantes de secundaria: ¿Qué cosas os provocan más resentimiento hacia vuestros padres?. La cosa que más ampliamente experimentaban era: Que ellos no nos dejan arriesgarnos. No nos dejan cometer errores. La mayoría de los padres cristianos piensan que estamos ahí para guardarlos de cometer errores. Pues no. Estamos ahí para ayudarles a cometer errores lo suficientemente temprano como para que aprendan de ellos mientras que todavía no son demasiado graves. Si les impedimos cometer errores hasta que lleguen a la adolescencia, entonces los errores que cometan les arruinarán. El trabajo de un padre o madre es ayudar a sus hijos a tener la oportunidad de cometer errores y así aprender. Aconséjenles en un contexto informal. Empleen tiempo en construir una relación que haga que acepten nuestros consejos. Pongan límites e incorporen algunas restricciones. Pero la disciplina exige contexto. Usted no tiene derecho a disciplinarles a menos que también les haya dedicado tiempo e interés.

Padre, no sólo eres el Dios del presente y del futuro, sino también el Dios del pasado. Gracias porque puedes convertir los errores que he cometido como padre en oportunidades para el avance en las vidas de mis hijos y en la mía. Amén.

Aplicación a la vida

¿Cómo puedo proporcionar adiestramiento e instrucción a mis hijos, que los fortalezca en lugar de exasperarlos?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

Padres e Hijos

Lea el mensaje de Ray