Este maravilloso libro, que llega hasta nosotros a través de los siglos, está lleno de destellos de Jesucristo, nuestro Señor. Muchos de nosotros hemos descuidado el Antiguo Testamento, dejándolo sin abrir y sin leer. Pero al investigar en sus páginas nos introducimos en sus glorias y aprendemos allí la expresión profunda del corazón humano en su necesidad y desamparo. Es este libro el que nos prepara para recibir las buenas nuevas gloriosas del Nuevo Testamento. Es un libro vivo, fascinante, que nos guía, nos enseña y nos fortalece para llegar a ser maduros en Cristo.