Clouds Parting Revealing the Heavens

Devoción del 8 de julio

Primer amor

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que camina en medio de los siete candelabros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Has sufrido, has sido perseverante, has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor.

Apocalipsis 2:1-4

El Señor ve tres cosas encomiables sobre la iglesia de Éfeso. Primera, trabajaban arduamente y estaban muy comprometidos. Daban testimonio; trabajaban duro; ministraban las necesidades humanas. Segundo, su doctrina era ortodoxa. Su fe estaba bien definida y bien defendida. No corrían tras las doctrinas teológicas de moda que llegaban, sino que las examinaban para ver si eran verdaderas o no. Tercero, habían sido constantes en sus enseñanzas y su trabajo a pesar de las muchas dificultades y desalientos. No eran derrotistas. Eran recios, discípulos decididos, trabajando fielmente y dando testimonio sin desviarse de la verdad que habían recibido. Hasta este punto de la carta, estaban obteniendo la máxima calificación.

Pero, a pesar de todas las cosas admirables, hay un mal grave, tan grave que dice que quitará su lámpara si no lo corrigen. Esto no significa que los individuos de la iglesia serán condenados al infierno. Significa que la iglesia perdería su habilidad de derramar la luz de la verdad. Se convertirían en una iglesia sin influencia espiritual sobre la comunidad que les rodea. Estarían muy ocupados haciendo cosas religiosas pero totalmente irrelevantes. Estarían todavía trabajando, siendo ortodoxos, pero intrascendentes, sin luz ni impacto. Hay miles de iglesias como esta en nuestro país. Todavía se reúnen domingo tras domingo para hacer cosas religiosas, pero sin tener impacto espiritual, ni se ve un cambio en la vida de la gente.

¿Cuál es la causa de esta situación? Nuestro Señor lo pone en una frase breve: has dejado tu primer amor. Éste es el amor que usted sentía por Jesús cuando llegó a conocerlo por primera vez. Es esa maravillosa sensación al descubrir que Él le amaba, le hacía libre y le liberaba de sus pecados. Su corazón voló hacia Él lleno de gratitud y acción de gracias. Observe a una pareja enamorada. Note cómo sólo tienen ojos el uno para el otro. Hábleles, y ni siquiera le oirán. Sólo piensan en lo maravilloso que es el otro. Así pasa con el cristiano cuando llega a Cristo por primera vez. Su corazón está lleno de gratitud. ¡Cuán asombroso le parece el haber sido perdonado! Apenas puede creerlo. El amor de Cristo le parece casi increíble.

Pero, gradualmente, va viniendo un cambio de enfoque casi imperceptible. Nos vamos ocupando de muchas cosas, y lo que hacemos por Cristo empieza a ser menos y menos importante para nosotros. Poco a poco, nuestra posición, nuestro estatus, el ansia de aprobación, empiezan a ocupar el primer lugar. Seguimos haciendo las mismas cosas, pero no por el mismo motivo. Vamos resbalando hacia la pérdida del primer amor. Hay síntomas de que esto está ocurriendo. Una pérdida del gozo y el resplandor de la vida cristiana. Pronto se convierte en monotonía y rutina. Usted empieza a sentir que ya lo ha oído todo antes. La iglesia parece mecánica, rutinaria, aburrida y apagada. Entonces pierde su capacidad de amar a los demás. Cuando perdemos la consciencia de lo maravilloso del amor de Jesús, también descubrimos que el amor por los demás se desvanece. Nos volvemos críticos, censuradores y quejicosos. Finalmente, perdemos una perspectiva sana de nosotros mismos. Nos volvemos más y más importantes en nuestro pensamiento. En lugar de lo que el Señor quiere, empezamos a pensar en lo que nosotros queremos y nos complace.

Señor, ayúdame a recobrar ese primer amor que compartimos cuando descubrí por primera vez todo lo que habías hecho por mí y cuán profundo es Tu amor por mí. Amén.

Aplicación a la vida

Tómese algún tiempo para reflexionar sobre el primer amor entre usted y el Señor. ¿Qué sentimientos le despierta? ¿Muestra usted síntomas de alguien que ha perdido ese primer amor?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

La iglesia que perdió su amor

Lea el mensaje de Ray