Plant Budding Through a Crack in the Concete of Adversity

Devoción del 18 de noviembre

Quitad y poned

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. Por estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

Colosenses 3:5-7

En todas partes en el Nuevo Testamento encontramos esta admonición de quitad y poned. La primera exhortación es siempre quitad; si usted va a ponerse algo, debe primero quitarse lo que ya tenía puesto. Si una madre le dice a su niñito zarrapastroso: Ve arriba y ponte ropa limpia, él sabe que el primer paso es quitarse la ropa sucia. En eso las Escrituras están de acuerdo también. Hemos criado malos hábitos, a veces, sin ni siquiera darnos cuenta. Nos hemos permitido adoptar actitudes y acciones que son destructivas y hacen de nuestra vida un desastre. Pero, una vez que hemos llegado a una nueva vida, debemos quitarnos lo viejo, para que podamos ponernos lo nuevo.

Pablo nos dice que debemos quitarnos cualquier cosa que pertenezca a nuestra naturaleza terrenal. Los cinco términos que emplea tienen que ver con nuestros impulsos sexuales. Somos seres sexuales. Dios creó la raza humana dividida en dos sexos. El sexo es una parte tremendamente importante de nuestra vida. El sexo es como un gran río fluyendo por medio de la vida que, encauzado entre dos riberas, es una fuente de placer y poder. Pero cuando desborda sus propias riberas, se vuelve destructivo. Todo esto está detrás de la admonición de desechar la inmoralidad sexual. Inmoralidad se refiere a todas las formas de sexo fuera del matrimonio: lo que se llama fornicación en todas partes de las Escrituras y adulterio, que es una mala conducta sexual de una persona casada con otra que no es su cónyuge. Esto ha de ser quitado por todos los cristianos.

La segunda palabra es impureza. Es un sinónimo de suciedad. Se refiere a formas pervertidas de sexo: homosexualidad, pederastia y varias prácticas sexuales antinaturales. Junto con éstas, la lujuria también ha de ser quitada. Esto se refiere a las pasiones eróticas que se despiertan con imágenes visuales. La pornografía cae bajo esta clasificación. Cualquier cosa que sea sexualmente provocativa: literatura, películas, lo que sea, ha de ser desechada. Pertenecen a la vida vieja. Están más allá de los límites del río de Dios y se convierten en destructivas. Los malos deseos están estrechamente asociados con la lujuria; son suciedad mental.

Por último, hemos de quitar la avaricia, que es idolatría. En este contexto, en relación con la idolatría, está la avaricia de poseer el cuerpo de otra persona. Eso es idolatría. Es cuando usted permite que otra persona se vuelva tan dominante en su pensamiento que ocupa el lugar de Dios en usted. Escuche la letra de algunas canciones de amor que son populares hoy: Eres todo lo que necesito. No puedo vivir sin ti. Ayúdame a superar la noche. Todas estas expresiones está diciendo: Eres como Dios para mí. Acudo a ti para cumplir los más profundos anhelos y deseos de mi corazón. Cualquiera que haya vivido mucho sabe que tal cosa es una exigencia imposible. Ningún ser humano puede llenar esa necesidad. Aquellos que erróneamente creen que una nueva aventura, una nueva relación amorosa, va a saciar todas las ansias de su vida, se encuentran una y otra vez desilusionados y desesperados, a la deriva sin rumbo, perdidos en el mar de la vida.

Confieso, Señor, que no hay nada que pueda llenar los anhelos más profundos de mi corazón como Tú lo haces. Ayúdame a desechar aquellas cosas que veo como satisfactorias, cuando tengo en mi corazón todo lo que necesito.

Aplicación a la vida

Usted no puede ponerse lo nuevo si no ha quitado ya lo viejo. ¿Qué tendrá que quitarse hoy?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

True Human Potential

Lea el mensaje de Ray