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Devoción del 19 de junio

Las asechanzas del diablo

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo...

Efesios 6:10-11

Vamos a fijarnos en la inventiva y la maliciosa astucia de las fuerzas contra las que estamos batallando, y empezaremos a apreciar la armadura con la que se nos ha provisto. El primer paso para la instrucción de cualquier soldado es darle a conocer la estrategia que el enemigo usará contra él. Pablo se refiere a las asechanzas del diablo. El diablo es un estratega muy astuto y taimado. ¿Cómo es que mantiene al mundo en tal esclavitud e impotencia? El único en toda la historia que ha derrotado al diablo alguna vez es el Señor Jesucristo. Él señaló certeramente la estrategia y las tácticas de Satanás cuando dijo: Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él (Juan 8:44b). La estrategia del diablo es matar. La táctica con la que consigue esto es mentir. Si examinamos estas frases cuidadosamente, veremos lo exactas que son.

El diablo se opone a la obra de Dios en el mundo a base de matar, de destruir. Uno de los nombres dados al diablo en el libro del Apocalipsis es Apollión, el Destructor. Aquí tenemos la explicación para toda la historia trágica de la humanidad: Un destructor está actuando entre los hombres. Nuestro Dios es un Dios de belleza, armonía, orden, perfección, de amor, de luz y de gracia. Pero un destructor entró en escena. ¿Cuáles son las tácticas que el diablo emplea para lograr esta destrucción? Engañar, mentir, distorsionar, falsificar y enmascarar.

La mayoría de los ataques del diablo contra los cristianos no son directos, sino indirectos. Por eso se les llama asechanzas. Un ataque del diablo sobre una vida humana es algo obvio, pero lo suyo es algo retorcido, algo difícil de detectar. Esta aproximación indirecta llega sobre todo por dos canales. Uno es el que la Biblia llama la carne, y el otro es el mundo. Cuando la Biblia habla de la carne, lo hace en un sentido simbólico. No son nuestros cuerpos, ni la carne, sangre y huesos de nuestra vida física. Más bien es un término que describe el impulso hacia el egocentrismo que hay dentro de nosotros, esa distorsión de la naturaleza humana que nos hace querer ser nuestro propio dios, ese ego orgulloso que es la sede de la obstinada rebeldía y rebelión contra la autoridad. El mundo, por otro lado, es la expresión colectiva de todos los individuos centrados en la carne que forman la raza humana. Cuando la Biblia se dirige a los cristianos, dice: No dejéis que el mundo que os rodea os meta a presión dentro de su propio molde (Romanos 12:2, JB Phillips). ¿Por qué? Porque el mundo es carne-céntrico. Así que, eso es el mundo, esa sociedad humana que insiste en juicios de valor satánicos y es guiada por un orgullo y filosofía satánicos. Es totalmente inconsciente de eso, pero, no obstante, está bajo el control de la filosofía satánica.

Padre, despierta mi corazón y mente, y rasga los velos ilusorios por los que me he permitido a mí mismo ser derrotado y debilitado en esta gran batalla.

Aplicación a la vida

¿En qué medida es consciente de las asechanzas del diablo? Dedique unos momentos a pensar en los retos a los que se está enfrentando en el presente, a la luz de esta verdad.

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

La estrategia de Satanás

Lea el mensaje de Ray