No como el mundo

Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne.

2 Corintios 10:3

¿Qué es la carne? La carne es esencialmente el egoísmo heredado. Es lo que está básicamente mal en la naturaleza humana. Es la traba que fue insertada en la maquinaria de la humanidad al principio y que todos heredamos de nuestros antepasados. Es la responsable del hecho de que todos comenzamos la vida con una corrupción, con algo torcido en nuestro mecanismo. Si la carne es eso, entonces, si se pone junta a toda esta gente centrada en la carne y gobernada por la carne dentro de la sociedad, usted tendrá lo que la Biblia llama el mundo. Es una sociedad gobernada por la carne: la sociedad con todas las estructuras de poder con las cuales estamos tan familiarizados en estos días, todas construidas sobre el propio interés.

Pablo dice: No actuamos como la gente. No obramos por los mismos motivos; hay algo diferente en nosotros. Él está declarando también la tensión fundamental en la que vive el cristiano. Dice: Vivimos en la carne, en el mundo de la sociedad normal, pero no luchamos en esos términos. No hacemos una guerra mundana. Pablo está hablando, no sólo por sí mismo, sino por todos los cristianos. Dice que vivimos en el mundo, no huimos de él. La historia está llena de hombres y mujeres que se han retirado a lugares tranquilos y han intentado dejar fuera todo el parloteo mundano y las inquietudes de la vida. En nuestra época han aumentado los intentos de crear un invernadero cristiano, una atmósfera complétamente cristiana desde el nacimiento hasta la tumba, que no permita la invasión de ideas o fuerzas seculares. Eso es antibíblico porque es contrario al mensaje claro del apóstol que dice: Los cristianos vivimos justo en medio del mundo. Sin embargo, dice Pablo, aunque vivimos en el mundo y no huimos de la sociedad, aun así no usamos los planes y métodos humanos para ganar batallas. Es importante entender eso porque de ahí es de donde vienen todos los problemas. Muchos han reconocido que los cristianos han de vivir en el mundo, pero además asumen que un cristiano que vive en el mundo debe de ser como el mundo, que debe de pensar como el mundo. Pablo dice: Ustedes están muy equivocados en esto. Si ustedes juzgan que yo hago eso, entonces no han entendido la postura cristiana en absoluto. Nosotros no usamos métodos y planes humanos para ganar nuestras batallas.

Señor, ayúdame a vivir en medio del mundo y no huir de él por miedo. Necesito Tu sabiduría para luchar la batalla, en lugar de depender de los métodos y estrategias del sistema mundano que me rodea. Confieso que tengo el mismo egoísmo heredado, pero te agradezco que a través de Tu amor redentor me hayas hecho una nueva creación.