La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros corazones al Señor, con salmos, himnos y cánticos espirituales.
Colosenses 3:16
La Palabra tiene que ser bien conocida entre nosotros. Ha de ser el elemento central para enseñarnos cómo vivir. Este Libro extraordinario, esta percepción de la vida, no tiene rival en ningún lugar del mundo. No hay nada que se aproxime, ni siquiera remotamente, a su visión de la realidad.
Fíjese cómo todo el cuerpo de Cristo está involucrado en esto.
Tenemos que enseñarnos y exhortarnos unos a otros
; todos —en los hogares, en la iglesia, en clase, en los grupos de estudio de la Biblia, en las reuniones de desayuno— deberíamos reunirnos alrededor de la Palabra.
Deberíamos conocer y entender este Libro minuciosamente.
En él están descritos los maravillosos misterios que desafían las mejores mentes de entre nosotros.
Aquí tenemos afirmaciones sencillas que estallan como cohetes en nuestra mente e iluminan el paisaje total de la vida.
¡Esto no es una verdad muerta, desprovista de vida!
¡Está viva y es vital, refrescante e iluminadora!
Despeja las dudas, los miedos y las dificultades.
Tenemos que centrar nuestras vidas alrededor de la Palabra de Dios.
Pablo enlaza con esto el ministerio de la música.
Desde que viví en Hawai hace muchos años, siempre he disfrutado de la música y las canciones hawaianas.
Una vez, cuando hice un comentario sobre la belleza de esa música, uno de los viejos hawaianos me dijo: ¿Sabe? Los hawaianos nunca tuvieron ninguna música hasta que los misioneros llegaron.
Todo lo que hacen los paganos es corear.
Ellos no saben cómo o qué cantar
.
Las primeras canciones que los hawaianos cantaron fueron himnos que les enseñaron los misioneros.
Es la verdad cristiana la que inspira la mejor música.
La música es parte del creyente.
Aquí el apóstol reconoce su poderoso ministerio en nuestras vidas.
Hemos de cantar salmos, himnos y canciones espirituales.
Los salmos, por supuesto, son las declaraciones inspiradas del libro de los Salmos, que se encuentran también en otros varios libros de la Biblia.
¡Qué maravillosa es esta enseñanza de Dios, puesta en ritmo y belleza de expresión!
Los himnos
son literalmente canciones de alabanza, respuestas que los humanos han compuesto para reflejar el agradecimiento por lo que Dios ha hecho.
Con estos se relacionan los cánticos espirituales
, las canciones testimoniales que reflejan cómo Dios nos ha guiado.
Si usted revisa cualquier himnario, encontrará estos tres tipos de cánticos incluidos.
Al cantar nos estamos animando unos a otros. Usted puede llegar a una iglesia deprimido y desanimado, pero cuando la congregación eleva uno de estos grandiosos cánticos, usted también será elevado por él. Comenzará a regocijarse de nuevo en su espíritu porque la música y las palabras le recuerdan la grandeza de Dios. Así que, hemos de cantar la verdad del mismo modo que la estudiamos, con gratitud en nuestros corazones por todo lo que Dios ha hecho.
Padre, en todas mis reuniones con otros creyentes, enséñanos a dejar que la Palabra de Cristo habite abundantemente entre nosotros. Amén.
Aplicación a la vida
Dedique algún tiempo hoy a cantar la Palabra de Dios. ¡Eleve su corazón y adore a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales!