Roman Colosseum, Sin’s Tyranny Crumbles Before God's Grace

Devoción del 18 de noviembre

Leyendo corazones

Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa. El que distingue un día de otro, lo hace para el Señor; y el que no distingue el día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y también da gracias a Dios. Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

Romanos 14:5-8

Lo que Pablo está diciendo es que Dios puede leer los corazones y tú no puedes. Estas distinciones y diferencias de puntos de vista surgen de una honesta convicción que Dios ve, aunque tú no puedas. Por lo tanto, el individuo no está simplemente siendo difícil porque no quiera estar de acuerdo contigo. Está actuando basado en lo que él siente que está bien, así que confía en él cuando se trate de eso. Confía que él está intentando ser tan real frente a Dios y tan genuino como lo eres tú, y si se siente que puede permitirse algunas de estas cosas que tú piensas que no están bien, entonces al menos vele como haciéndolo porque realmente siente que Dios no está descontento con él en esa base. O, si de hecho se siente limitado y siente que no debería hacer ciertas cosas, no te enfades con él porque no ha entrado a la libertad todavía. Acuérdate que realmente se siente que Dios estaría descontento con él si hiciera esas cosas. El apóstol hace claro aquí que cada persona debería tener ese tipo de convicción: “Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa” (Romanos 14:5b).

Pablo dice que Dios ve a ambas estas personas y ambos puntos de vista como honrándole a Él. El que piensa que el domingo es un día especial que debiera guardarse de forma distinta de todos los demás días, al hacerlo como si lo hiciera al Señor, por lo tanto le honra en eso, respecto a ese punto de vista. El que dice: “No, cuando estamos en Cristo, los días no tienen ningún significado. No están apartados para ningún propósito especial. Por lo tanto, siento que cada día es similar, y quiero honrar al Señor cada día”. Muy bien, no te sientas enfadado con eso. Lo está haciendo a causa de la profunda convicción de su corazón.

El que bebe vino da gracias a Dios por el sabor del vino, y es perfectamente apropiado que lo haga. El que dice: “No, no puedo beber vino, pero puedo beber café”, da gracias por el café. El café quizás no haga tanto daño físico como el vino, pero, en cualquier caso, no es una cuestión moral. Es una cuestión de lo que el corazón está haciendo a los ojos de Dios.

Oí hace algún tiempo de una chica que era una cantante de club nocturno convertida, una cristiana fresca y nueva, que le fue pedido que cantara en una reunión de la iglesia. Quería hacer lo mejor para el Señor, a quien había llegado a amar, así que se vistió en la mejor manera que sabía y cantó una canción que ella pensaba que era expresiva de su fe. Lo hizo en el estilo de una cantante de club nocturno. Alguien vino a ella después y la criticó y le dijo: “¿Cómo puedes cantar una canción como ésa y declarar que eres cristiana? Dios nunca estaría contento con una cristiana que se vistiera de la forma en la que lo haces tú, y cantar en un estilo de club nocturno debe ser ofensivo a Él”. La pobre chica se quedó tan perpleja; se mantuvo ahí durante un minuto, y comenzó a llorar, se dio la vuelta y salió corriendo. Ésa era una cosa mala e hiriente para hacerle a esa chica. Claro está que más tarde hubiera cambiado su estilo, pero Dios tiene el derecho de cambiarla, no tú. Su corazón estaba correcto, y Dios vio el corazón y lo honró. Eso era algo con lo que estaba complacido.

Padre, ayúdame a ver dónde he estado usurpando Tu lugar. Ayúdame a dejar de hacer eso y a comenzar a contestar sólo por mí mismo frente a Tu trono, y defender y orar por mi hermano o hermana si siento que lo necesiten. Concédeme, Señor, ese entendimiento clarificador de verdad que me libera.

Aplicación a la vida

¿Estamos calificados para cambiar el corazón de otros? ¿Deberemos considerar que no nos es lícito juzgar sus motivaciones o conclusiones? ¿Cuál es nuestro recurso cuando vemos elecciones que consideramos erróneas?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

On Trying to Change Others

Lea el mensaje de Ray