Ray of Hope Shining on the Face of a Child

Devoción del 15 de marzo

Los tiempos y las fechas

Acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba, porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

1 Tesalonicenses 5:1-3

La frase de los tiempos y de las ocasiones indica que el apóstol está hablando del tiempo del regreso del Señor. Al parecer, todos queremos saber la fecha, pero Pablo había enseñado a los tesalonicenses que no sabrían esa fecha con precisión. Dice que no necesita escribirles sobre esto. Eso es porque habían estado leyendo en el Antiguo Testamento sobre el día del Señor, y la descripción y las características de ese día les eran familiares.

Ésta es la primera mención en la carta de la frase el día del Señor. Es muy importante entender que no se trata de un día de 24 horas. Se trata más bien de un período de tiempo prolongado, que abarca una serie de acontecimientos, y puede que incluso se extienda hasta el milenio, el reino de mil años de Cristo, que vendrá a continuación.

Aunque no podemos nombrar la fecha precisa en que el Señor aparecerá y comenzará el día del Señor, hay tres características de ese día que podemos buscar y entender. La primera característica es que vendrá sigilosamente, como un ladrón en la noche. Una familia una vez me dijo que mientras ellos estaban durmiendo arriba en su casa una noche, alguien entro a su casa y robo varios artículos de valor. Un ladrón entra silenciosa y discretamente y hace su trabajo. Así vendrá el Señor. Vendrá sigilosamente, en un momento en que la paz y la seguridad parecen prevalecer, cuando no se espera nada fuera de lo común.

La segunda característica del día del Señor es que es un juicio terrible y destructivo. Vendrá sobre ellos destrucción repentina, dice Pablo. El Antiguo Testamento da muchas advertencias de esto, como los tesalonicenses habían llegado a entender cuando leyeron las descripciones del día del Señor. Y la tercera característica es que es ineludible: no escaparán. El apóstol lo compara con una mujer de parto, a la que le ha llegado la hora de dar a luz. Cuando nació nuestra primera hija, vivíamos en una caravana en el campus del seminario de Dallas. Una mañana, a las dos en punto, mi esposa me indicó que había llegado la hora de dar a luz. La subí a nuestro viejo coche, que enseguida se negó a arrancar. Tuvimos que pedir ayuda a los basureros que hacían su ronda para empujar el coche y arrancarlo. Un coche que hay que empujar para que arranque siempre da tirones y sacudidas antes de que el motor empiece a funcionar, así que, cuando llegamos al hospital, ¡el bebé ya estaba en camino! Cuando una mujer está de parto, no puede cambiar de opinión. Eso es lo que destaca el apóstol. El mundo no puede escapar a los terribles juicios de Dios. Es un pensamiento muy aleccionador. La única manera de afrontarlo es encontrar los medios de escape que nos proporciona Jesucristo.

Gracias, Padre, porque puedo descansar en el hecho de que Tú conoces los tiempos y las fechas, y has provisto una vía de escape a través del Señor Jesús.

Aplicación a la vida

¿Se mantiene usted alerta y preparado en medio de los asuntos cotidianos de la vida, esperando el regreso del Señor?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

The Fate of the Earth

Lea el mensaje de Ray