Clouds Parting Revealing the Heavens

Devoción del 27 de julio

La iglesia comodona

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Apocalipsis 3:15-16

Laodicea era una iglesia que no era fría ni caliente, sólo era tibia. Sufrían de lo que alguien ha llamado bien la leucemia de la falta de entrega. Los arqueólogos han descubierto un hecho interesante acerca de esta iglesia. No tenía un suministro de agua local, sino que obtenían el agua a través de un acueducto desde los manantiales calientes de Hierápolis, a unos 9 kilómetros de distancia. Si usted se hospedara en un hotel de Laodicea y abriese el grifo para beber agua fría, y probara el agua, probablemente la escupiría porque estaba tibia. Viniendo de esa distancia, el agua caliente se habría enfriado parcialmente y sería repulsiva. La palabra que nuestro Señor realmente usa aquí no es escupir sino vomitar. Él vomitará a la iglesia porque le resultaba nauseabunda. ¿Qué causó esta situación? Sólo hay una respuesta. ¡Los apaños por comodidad! Cuando usted quiere entibiar algo, mezcla algo frío y algo caliente.

Hacemos esto continuamente en relación a la temperatura del aire. Hay veces que llego a la iglesia por la mañana, y hace mucho frío. ¡Algunos incluso llevan abrigo! A los humanos no nos gustan las temperaturas extremas. No nos gusta que haga frío, ni nos gusta que haga calor. Así que, ¿qué hacemos? Para nuestra comodidad, mezclamos los dos. Sacamos así lo que es confortablemente cálido.

Eso es lo que estaba ocurriendo en la iglesia de Laodicea. Ellos estaban haciendo concesiones espirituales por comodidad. Es mucho más cómodo asistir a una iglesia donde nadie se toma los problemas doctrinales muy seriamente, donde, por comodidad, se evita discutir los problemas. Esta iglesia estaba transigiendo en sus enseñanzas en beneficio de la paz. Tenían la cantidad precisa de verdad para aliviar sus conciencias, sin convertirlos en fanáticos, y la frialdad precisa para aletargar sus voluntades y no llegar a excluir a nadie. Era una iglesia cómoda. Usted podría asistir a esta iglesia durante años, y sería probablemente muy agradable, pero sin que muchas cosas pasaran. No le proporcionaría muchos desafíos, ni reprimendas, ni correcciones o exhortaciones, sino sólo ánimo y respeto, porque, no sólo sería una iglesia cómoda, sino también comodona. ¿Qué piensa Jesús de una iglesia como esa? ¡Puag! ¡Es nauseabunda! ¡Repulsiva! Puede que a la gente le guste, pero a Jesús no. Puede que les haga sentirse cómodos, pero, ¡a él lo pone enfermo!

Sondea mi corazón, Señor, buscando maneras en las que me haya vuelto tibio en mi camino contigo. Amén.

Aplicación a la vida

¿Está usted más inclinado a sacrificar la verdad en beneficio del amor, o el amor en beneficio de la verdad? ¿Cómo guarda el equilibrio?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

La iglesia pobre y rica

Lea el mensaje de Ray