Clouds Parting Revealing the Heavens

Devoción del 13 de julio

Viviendo donde Satanás tiene su trono

Escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras y dónde habitas: donde está el trono de Satanás. Pero retienes mi nombre y no has negado mi fe ni aun en los días en que Antipas, mi testigo fiel, fue muerto entre vosotros, donde habita Satanás.

Apocalipsis 2:12-13

Esta iglesia está en agudo contraste con la de Esmirna. Esmirna estaba sufriendo persecución; esta iglesia se enfrentaba a la corrupción y la seducción. El diablo tiene sólo dos maneras de aproximarse. Si no puede hacer que usted se doblegue bajo la hostilidad y la persecución, empezará a tentarle y atraerle hacia algo peligroso. Es o intimidación o seducción. Es la violencia de un león rugiendo o la corrupción de un ángel de luz. Pérgamo es la iglesia que está siendo socavada por las prácticas corruptas y la enseñanza corrupta.

Nuestro Señor se identifica a Sí mismo como el que tiene la espada aguda de dos filos. Ese es el símbolo de la Palabra de Dios saliendo de Sus labios. Tiene dos filos; corta por dos lados. Eso se refiere al hecho de que la Palabra puede atravesar el cráneo y llegar a la mente, y puede atravesar el corazón y conmover las emociones. Nos puede despertar a la realidad. Por medio de la Palabra de Dios nuestras mentes empiezan a enterarse de la verdad que nunca vieron antes. Vemos las cosas como son, y ello nos motiva para la acción. También puede traspasar nuestro corazón. En el día de Pentecostés, cuando Pedro hubo acabado su mensaje, la gente tenía el corazón traspasado. Ese es el poder de la Palabra.

Pérgamo era la capital romana de la provincia de Asia. Era un centro de adoración pagana, y había un templo dedicado al césar también. Aquí se le llama el lugar donde Satanás vive y gobierna. Éste es su cuartel general. Muchos eruditos piensan que se refiere al gran altar de Zeus que estaba sobre la colina que miraba sobre la ciudad. Era un gran trono, de más de doce metros de altura, y cualquier ciudadano podía mirar hacia arriba y ver lo que Jesús llama el trono de Satanás. Era un centro de adoración pagana y el mismo centro del mal.

En su valoración, nuestro Señor evalúa las fortalezas de esta iglesia. Dice, primero: retienes mi nombre. Han rehusado cambiar de opinión sobre Su persona. Se aferran a la verdad sobre Jesús. Lo veían como el Dios-hombre, combinando dos naturalezas en una persona. Esa es la enseñanza de la iglesia desde su mismo principio, y claramente evidente en las Escrituras. En contra de todas las influencias corruptoras de su alrededor, esta gente se había aferrado a la verdad. Casi todas las herejías de hoy emanan de la negación de la deidad de Jesús. Pero no debemos negar tampoco la humanidad de Jesús. Ambas cosas son verdad.

Segundo, se aferran a esto a riesgo de sus propias vidas. Jesús dice: No has negado mi fe ni aun en los días en que Antipas, mi testigo fiel, fue muerto entre vosotros, donde habita Satanás. Antipas significa contra todo. No sabemos mucho de este hombre, aunque se dice que fue el primer mártir bajo la persecución romana en Asia. La tradición dice que fue asado hasta la muerte dentro de un toro de bronce calentado hasta el blanco incandescente. Ese es el precio que tuvo que pagar por ser fiel a la doctrina de Jesús. Tuvo que mantenerse firme contra todo.

Señor, fortaléceme para permanecer fiel a Tu nombre en medio de los lugares donde Satanás tiene su trono. Amén.

Aplicación a la vida

¿Cuáles son los modos singulares en que Satanás tiene su trono donde usted vive?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

Esmirna y Pérgamo: La iglesia presionada y comprometida

Lea el mensaje de Ray