Clouds Parting Revealing the Heavens

Devoción del 12 de julio

Sufrimientos y pruebas

No temas lo que has de padecer. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. ¡Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida! El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El vencedor no sufrirá daño de la segunda muerte.

Apocalipsis 2:10-11

Continuando la carta a la afligida iglesia de Esmirna, Jesús dice: No temas lo que has de padecer. El diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados. Esta es la primera vez que se menciona al diablo en el libro de Apocalipsis. El Señor reconoce que Él, quien es el Primero y el Postrero, va a permitir al diablo echar a algunos de ellos en la cárcel. Aquellas prisiones romanas eran lugares terribles, donde los presos se enfrentaban a la amenaza de ser ejecutados en cualquier momento. Pero nuestro Señor dice tres cosas muy alentadoras.

Primera: Vais a ser encarcelados para probaros. Muchos leen esto como si fuera Dios quien va a aprender algo por medio de esta prueba. Pero eso no puede ser, pues Dios ya conoce nuestros corazones. Él sabe lo que usted puede aguantar antes de que tenga que soportarlo alguna vez. Él no se entera de nada nuevo por su prueba. ¡Pero usted sí! Es para probarle a usted para lo que se permite esta adversidad. Es para mostrarle cuánto ha crecido. Es para arrancar los soportes superficiales en los que se ha estado apoyando y mostrar hasta qué punto ha aprendido usted a apoyarse de verdad en la gracia y la fuerza de Dios.

Segunda, dice que será sólo durante un tiempo limitado. Va a probarle diez días. No sabemos cuándo o cómo tuvo lugar eso, aunque sin duda le pasó a esta iglesia de Esmirna, pero lo que anima es que el Señor determinó los límites. La prueba no puede ir más allá de ahí. ¡Ninguna fuerza o poder en la tierra podría hacer que durara once días! Eran diez días lo que Él había decidido.

Tercera, Él dice: Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. Seguramente que esto se hace con la intención de establecer un contraste con la Corona de Asia, los edificios del templo pagano que estaban construidos en la colina de Pagos. Eso era una corona terrenal, un reconocimiento de estatus terrenal, y una fuente de gran orgullo para esa ciudad. Pero nuestro Señor dice que Él dará algo mucho mejor: una corona de vida, de vida eterna. ¡Eso sí que es grandioso! El apóstol Pablo nos dice: … pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria (2 Corintios 4:17). Somos constantemente alentados por el hecho de que estas pruebas, dificultades y presiones están haciendo algo valioso por nosotros.

Todo este periodo se llamó la era de los mártires. Uno de los primeros fue un hombre llamado Policarpo, que era obispo de esta misma iglesia en Esmirna. En el 155 d.C., a la edad de 86 años, fue sentenciado a morir quemado en una hoguera por su fe. Cuando el procónsul le dijo: Reniega de Cristo y te liberaré, Policarpo respondió: Durante 86 años le he servido, y no me ha hecho ningún mal. ¿Cómo puedo blasfemar contra mi Rey y mi Salvador?. Con su muerte dio un elocuente testimonio de su amor por Cristo.

Gracias, Padre, por el modo en que me pruebas y así me maduras. Ayúdame a ser fiel hasta la muerte. Amén.

Aplicación a la vida

¿Qué le ha revelado Dios a través de sus pruebas?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

Esmirna y Pérgamo: La iglesia presionada y comprometida

Lea el mensaje de Ray