Plant Budding Through a Crack in the Concete of Adversity

Devoción del 5 de noviembre

Dar gracias con alegría

… y, con gozo, daréis gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Colosenses 1:12-14

Al concluir Pablo su oración por los colosenses, ofrece tres cosas por las que estar agradecido: Primera, por los privilegios que no merecemos. Hemos sido habilitados por el Padre (no por nosotros mismos) para compartir la herencia de todo el pueblo de Dios. ¿Cuál es esa herencia? El amor de un Padre, la presencia de un Salvador, una familia de hermanos y hermanas como apoyo y defensa, y un destino cierto de gloria después de la muerte. Nada nos puede quitar estas cosas. Si las recordamos podemos alegrarnos en medio de cualquier cosa que venga. Estos son privilegios que no merecemos para los cuales hemos sido cualificados por Dios.

Segundo, hay peligros de los que hemos sido librados: Él nos ha librado del poder de las tinieblas. ¡Ah, qué cosas debería traernos eso a la mente! ¿Ha pensado alguna vez dónde estaría usted si Cristo no hubiera intervenido en su vida? Conociendo mi propio corazón, mi propio espíritu rebelde, ¡creo que estaría muerto o en la cárcel! ¡De cualquier modo, estuve cerca! Pero todos hemos sido librados como por uno de esos equipos SWAT que sacan a una víctima de una situación peligrosa. De este modo, el Señor Jesús nos ha librado del poder de las tinieblas, de la creciente incertidumbre de la vida y de ir a tientas detrás de metas inútiles. Nos ha librado de la ceguera y de la muerte.

La tercera categoría son las presiones de las que hemos sido liberados: nos ha trasladado al reino de su amado Hijo. Nos ha liberado del sentimiento de no ser queridos. Ese es uno de los sentimientos más devastadores que cualquier humano puede experimentar: el sentimiento de no importar a nadie, de que nadie nos quiera, de que nadie nos ame. La obra de Jesús ha invalidado eso para siempre. Él nos ha trasladado a Su reino y, con Él, compartimos el amor del Padre. Somos los hijos entrañables y deseados de un Padre lleno de amor. También se nos ha liberado del sentimiento de ser indignos. Tenemos redención y perdón de los pecados. Por derecho natural, todos somos indignos, pero el amor nos ha liberado y nos ha hecho ambas cosas: queridos y valiosos. El perdón de los pecados significa que podemos comenzar cada día con una limpia hoja en blanco. Todos los errores de ayer han sido borrados, no para que podamos volver a repetirlos, sino para que no tengamos nada en nuestra contra y podamos volver a empezar. Todos los días empezamos de nuevo, hasta que aprendemos a vivir correctamente. El perdón de los pecados es algo de lo que debemos alegrarnos cada día, porque la carga y la culpabilidad de ayer ya no nos arrastran hacia abajo. Somos libres para andar en paz y libertad. ¡Qué agradecidos deberíamos estar por estas increíbles bendiciones!

Querido Padre celestial, te doy gracias por todas las bendiciones espirituales que tengo en Cristo. Revitalízame de nuevo con el conocimiento de Tu gran amor.

Aplicación a la vida

Dedique un momento a escribir todas las bendiciones espirituales por las cuales está agradecido. Esta lista es un recordatorio para expresar su gratitud a Dios durante todo el día.

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

Growing Up

Lea el mensaje de Ray