Men Praying at the Wailing Wall, Rebuilding God's City Jerusalem

Devoción del 1 de agosto

Muros rotos, vidas rotas

El muro de Jerusalén está en ruinas y sus puertas destruidas por el fuego.

Nehemías 1:3b

Fíjese usted en la descripción de Jerusalén. El pueblo se hallaba en problemas, experimentando una gran sensación de desgracia y de reproche. Los muros de la ciudad estaban en ruinas; sus puertas habían sido quemadas con fuego y no se podían usar ya.

Si consideramos Jerusalén como un símbolo de nuestras propias vidas, muchos de nosotros encajaremos en esta descripción. Si piensa usted en su vida pasada, verá que hay lugares donde los muros han sido derribados. No queda ya ninguna habilidad para resistir a los ataques destructivos. Se ha convertido usted en víctima de las costumbres pecaminosas que ahora encuentra usted difícil de eliminar. Ésta es la clase de ruina que se describe aquí.

Es posible que usted se haya adaptado a las costumbres del mundo. Está usted acostumbrado a participar en prácticas que la Biblia dice que son malas, y usted sabe que efectivamente son malas, pero le cuesta trabajo dejar de vivir de ese modo. Tal vez su alejamiento comenzase de una manera inocente. Usted no se dio cuenta de que estaba formando un hábito, pero ahora ya no puede eliminarlo porque sus defensas han desaparecido. Los muros de su ciudad han sido derribados, y tal vez sus puertas han sido quemadas también. Las puertas permiten la entrada y la salida; son el medio por el cual otras personas le conocen a usted tal y como es en realidad. Tal vez sus puertas han sido destruidas por causa de malas costumbres.

Tal vez alguien abusó de usted cuando era pequeño. Este fenómeno es algo que parece haber aparecido con frecuencia en la actualidad. La vergüenza y las cicatrices le han convertido en un recluso. Sus puertas han sido quemadas y nadie tiene acceso a usted. Es posible que fuese víctima del divorcio o de una violación, o haya vivido alguna experiencia amarga y por eso se siente traicionado y saboteado.

Lo que usted quiere es salir corriendo y ocultarse, así que nadie puede tenderle una mano. Se ha quemado de una manera tan espantosa que ahora es usted susceptible e inaccesible. Hay partes de su vida acerca de las cuales no puede hablar porque no quiere que nadie lo sepa. Tiene usted un sentimiento de profunda aflicción, sintiendo el reproche y la desgracia, por lo que tiene usted cicatrices emocionales, y nadie puede enterarse de ello. Usted produce a otras personas la impresión de ser una persona de éxito. Creen que todo le va bien, pero interiormente usted sabe que no es así. Al examinar los muros y las puertas de su vida, se encuentra ante una gran ruina. ¿De qué modo se enfrenta usted con esta situación?

Ésta es la gran interrogante con la que muchos se enfrentan. Pero éste es el motivo por el cual las Escrituras nos han sido dadas. Los hombres y las mujeres del pasado han experimentado las mismas dificultades y nos han dicho cómo enfrentarnos con ellas. Este gran libro de Nehemías es una de las imágenes de más ayuda que tenemos acerca de cómo recuperarnos de nuestras vidas destrozadas. ¡Los pasos que siguió Nehemías abarcan siete capítulos de este libro! ¡Son pasos concretos y ordenados, además de ser sumamente efectivos! Si se siguen en orden, harán posible una recuperación total para llevar una vida útil.

Padre, te doy gracias porque Tú revelas mi propio quebrantamiento y no lo haces con el propósito de condenarme, sino de reconstruir mi vida. Te entrego todo lo que está en ruinas y te pido que Tú me reconstruyas, convirtiéndome en la persona que Tú quieres que sea.

Aplicación a la vida

¿Estamos nosotros preparados y dispuestos a permitir a Dios exponer nuestra desigualdad, para que nos guíe por caminos de sanidad y utilidad?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

No te desesperes - comienza a reconstruir

Lea el mensaje de Ray