Man-made Columns in Ruins Surrounded by God’s Solid Rock

Devoción del 27 de septiembre

La asombrosa paradoja

En nada he sido menos que aquellos “grandes apóstoles”, aunque nada soy.

2 Corintios 12:11b

Oculta en el versículo 11 se halla una asombrosa paradoja que sólo es posible acerca de aquellos que son los verdaderos siervos de Cristo. Fíjese usted cómo lo expresa Pablo: “En nada he sido menos”, y en la próxima frase dice: “aunque nada soy”. Una afirmación es: “Yo soy igual a cualquiera; no soy inferior en modo alguno a todos estos apóstoles superlativos; tengo todo lo que ellos tienen y más”, pero al mismo tiempo puede decir: “aunque no soy nada”. Ésa es la verdadera señal del auténtico siervo de Cristo: la habilidad para decir estas dos cosas y que ambas sean igualmente ciertas. Cuando Pablo dice: “No soy inferior”, lo que quiere decir es: “Lo soy todo en Cristo; todo lo que Cristo puede hacer en mí hace que yo sea igual a cualquier cosa que ellos puedan hacer”.

Ésta es una actitud a la que todos los cristianos deberían llegar acerca de sí mismos: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). “Si Dios me dice que haga algo, puedo hacerlo. Puedo obedecer a Su Palabra. Puedo seguir Sus preceptos. Puedo hacer lo que Él me pide". Hay una nota de auténtica confianza, porque no está usted dependiendo de sí mismo, sino de Cristo. Al mismo tiempo el apóstol pudo añadir: “Si dependo de mí mismo, no soy nada. Todas mis habilidades, mis dones y mis talentos naturales no me llevarán a ninguna parte a los ojos de Dios. A otras personas les podrá impresionar, y yo podría engañar a muchas personas de esta manera, pero no son realmente impresionantes a los ojos de Dios”.

Me gustaría conseguir que muchos más cristianos hablasen de esta manera hoy, que estuviesen dispuestos a decir: “Si Cristo me dice que haga algo o que sea algo, no hay ningún límite en lo que se refiere a mi habilidad para hacerlo o para serlo, porque Él proveerá el poder. Pero en mí mismo, al intentar hacer algo dependiendo de mis dones, no conseguiré nada de ningún valor a los ojos de Dios”. ¡Ésta es la verdadera señal de un auténtico siervo de Cristo! Una de las maneras que puede usted poner a prueba a los falsos apóstoles de nuestro tiempo es escuchando con cuidado lo que dicen acerca de sí mismos. ¿Afirman que lo que consiguen es gracias a ellos mismos? ¿Afirman ser personas que poseen habilidades extraordinarias, o están hablando sobre el poder que procede de Cristo? Ésa es la diferencia. Por esto, estos corintios deberían haber reconocido a Pablo.

Señor, te doy gracias porque, aunque yo no soy nada, todo lo puedo por medio de Cristo.

Aplicación a la vida

¿Tenemos nosotros una creciente confianza en el poder y la presencia de Cristo en nosotros, de modo que nuestra estima de nosotros mismos ya no sea importante?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

Las señales de un apóstol

Lea el mensaje de Ray