Clouds Parting Revealing the Heavens

Devoción del 29 de julio

Cómprame esto

Por tanto, yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas.

Apocalipsis 3:18

La clave de este verso son las palabras: que compres de mí. Jesús tiene todo lo que la iglesia de Laodicea necesita realmente para funcionar. Es bonito tener edificios y música preciosa. Eso no está mal, pero no es lo que la iglesia necesita. Lo que necesita es lo que nuestro Señor describe aquí: oro, vestiduras blancas y colirio. Solamente Él los tiene. Por esa razón no hay diferencia en si somos perseguidos, acosados por el gobierno, ejecutados, o apoyados y aceptados. Lo que la iglesia necesita sólo se puede obtener de Jesús, y nuestro Señor nos dice lo que es.

Primero, oro refinado en el fuego. Pedro nos dice que nuestra fe, como oro refinado en el fuego, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo (1 Pedro 1:7). Fe en Dios. Fe en Su Palabra. La fe viene de Jesús. Al mirarlo, nuestra fe es despertada y conmovida. Entonces vemos cuán verdaderas son las Escrituras, cómo explican la vida y encajan con lo que experimentamos diariamente. Esto hace surgir un sentimiento de confianza y fe, y eso es lo que esta iglesia necesitaba. Les faltaba fe en Dios, pero se apoyaban en sus propias habilidades o en los recursos del mundo.

Segundo, necesitaban vestiduras blancas para cubrir su vergonzosa desnudez. Todo el mundo está moralmente desnudo ante Dios. Todos nosotros sabemos algo de nosotros mismos que no querríamos que alguien más supiera. ¡Pero Dios lo sabe! Él nos ve en nuestra desnudez. ¿Qué ofrece para ello? ¡La rectitud de Cristo! Las vestiduras blancas representan la redención, por la virtud impartida por Cristo. Ya no vamos a vestirnos con nuestra propia autojustificación, sino que vamos a ser vestidos con la justicia del mismo Cristo, una justicia perfecta que Dios acepta. Las vestiduras blancas representan un carácter cambiado; distinguen a alguien que ha tomado sus vestidos y los ha lavado en la sangre del Cordero.

Luego, la tercera cosa necesaria es colirio. Laodicea era famosa por su ungüento para los ojos. Jesús dice que ellos necesitan colirio que les capacite para ver. Por todas las Escrituras se menciona la unción del Espíritu, que abre los ojos para entender la verdad de Dios. Juan habla de esto en su primera carta. Él dice: Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira (1 Juan 2:27a). Eso no elimina la necesidad de maestros humanos. Significa que, a menos que el Espíritu dentro de usted abra sus ojos al significado de la verdad que se enseña, ésta caerá en oídos sordos. Pero si tenemos el espíritu de Cristo en nuestro interior, nuestros ojos se abren a entender la Palabra de Dios y vemos la Biblia de una manera nueva, fresca y maravillosa.

Señor, deseo obtener de Ti lo que no puedo obtener en ningún otro lugar. Concédeme una fe más grande, un sentido nuevo de mi posición de justicia ante Ti y colirio espiritual para ver más de Tu verdad escrita en la Palabra. Amén.

Aplicación a la vida

Reflexione sobre estas tres cosas que el Señor provee: oro, vestiduras blancas y colirio. ¿Cuáles de ellas necesita usted particularmente ahora mismo?

Esta devoción diaria fue inspirada por un mensaje de Ray

La iglesia pobre y rica

Lea el mensaje de Ray