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El cristiano en el mundo

¿Nueva moralidad o vieja ingenuidad? Parte 2

Autor: Ray C. Stedman


En la carta de Pablo a los efesios, estamos considerando la sección donde el apóstol relaciona los grandes principios de la vida con los pensamientos y las prácticas del mundo pagano. Nos dice cómo vivir una vida cristiana en medio de una sociedad ciega, confundida y enferma. No puedes leer esta sección de la carta de Pablo sin ver que el mundo no ha cambiado esencialmente desde los días del apóstol. Oh, ya lo sé, podemos mandar mensajes alrededor del mundo en dos segundos. Podemos ver acontecimientos que ocurrieron en cualquier sitio del mundo hoy por medio de la televisión por satélite, y podemos poner hombres en la luna. Parecen ser capacidades impresionantes, pero no hay una pizca de diferencia entre los problemas morales que enfrentamos en el siglo veinte y aquellos enfrentados en el primer siglo. Nos enfrentamos a los mismos asuntos en la sociedad que ellos; luchamos en contra de las mismas fuerzas que ellos, y reaccionamos exactamente de la misma forma. La naturaleza humana no ha cambiado en lo más mínimo en los últimos veinte siglos. Sólo necesitas leer esta antigua crónica para ver lo cierto que es esto y también, por lo tanto, ver cuan actuales y pertinentes son las Escrituras para nuestro propio tiempo.

No es para sorprenderse, por lo tanto, que hoy enfrentemos una crisis en la moralidad sexual, ya que el mundo ha tenido tales crisis en el pasado de vez en cuando. La carta de Pablo a Timoteo dice que se presentarán tiempos repetidos de estrés a lo largo de la historia. Hemos tenido crisis sexuales acá y allá de vez en cuando en la historia del mundo antes, pero ahora nos estamos enfrentando a su expansión por todo el mundo. Hay una gran revolución ocurriendo en todas partes en este asunto de las costumbres sexuales. Restricciones que han existido durante largo tiempo están ahora siendo desafiadas como nunca antes. Patrones de conducta sexual que han sido aceptados durante largo tiempo están siendo derrocados.

Ahora, como siempre, el Nuevo Testamento se abre paso a través de toda la niebla, la confusión y la distorsión, para presentar los hechos básicos. Eso es lo que hace de la Biblia un libro tan excitante y maravilloso. Porque es la verdad y revela los hechos como realmente son; nos ayuda a medir y a evaluar las modas, las corrientes y los movimientos generalizados de nuestros días y cualquier día. Aquí tenemos “la verdad como está en Jesús” (Efesios 4:21), quien es la revelación final de verdad, las cosas como realmente son, la realidad fundamental de la vida. En la sección que estamos examinando, el apóstol nos da cinco grandes razones de por qué la laxitud sexual es incompatible con la fe cristiana. En nuestro último mensaje sobre este pasaje, examinamos las dos primeras de estas razones, sugeridas en los versículos 3 y 4 de Efesios 5: Vimos que la palabra que utiliza para describir lo inadecuado de la mala conducta sexual sugiere que todo sexo fuera del matrimonio, e incluso toda conversación sobre los detalles escabrosos y sórdidos acerca de ello, es degradante y contaminante para nuestra humanidad esencial. No está solo prohibido por la sociedad cristiana, sino que va más allá que todo eso: afecta nuestra humanidad básica. Entonces, ir más allá es inútil. Nada se aprende de ello. No hace nada para curar el problema. A pesar del informe Kinsey y su intento de explorar las malas prácticas sexuales del macho y la hembra americanos, y otros estudios cuasi-serios, y a pesar de la enorme cantidad de literatura sexual que ha inundado este país durante los últimos treinta años, no sabemos más sobre lo que es el sexo realmente, y no puede hacer nada más sobre la mala conducta sexual de lo que podíamos hacer cuando todo esto comenzó.

En otras palabras, lo que hemos intentado descubrir al investigar las prácticas equivocadas del sexo ha sido inútil, justo como el apóstol Pablo dijo que sería. No se ha conseguido nada. En cambio, el problema empeora. La pornografía, e incluso los estudios serios de las distorsiones y desviaciones sexuales, son esencialmente una pérdida de tiempo, en lo que se refiere a curar el problema. Esa es la declaración del apóstol, y eso es lo que nuestra experiencia ha confirmado ampliamente. Eso es impresionante, ¿no es así? Los hombres piensan que pueden disminuir el problema al realizar estos doctos estudios, pero no lo hacen. En vez de eso nos enfrentamos con un incremento continuo del problema en esta dirección. Las desviaciones sexuales y la inmoralidad se están extendiendo rápida y ampliamente en nuestro país y en otros países del mundo, y todos nuestros esfuerzos para detenerlas parecen ser ineficaces. Ahora nos encontramos con las últimas tres de las grandes declaraciones de Pablo sobre el cristiano y el sexo inapropiado. La tercera de estas nos es dada en el versículo 5:

Sabéis esto, que ningún fornicario o inmundo o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5:5)

Fíjate que toma las mismas tres categorías a las que se refiere en el versículo 3: la inmoralidad, la impureza y la codicia. Como hemos visto, la codicia aquí no es la codicia por el dinero, como lo es frecuentemente en las Escrituras, sino que es “pasión, codicia por el cuerpo de otra persona, el deseo de poseer a otro para el uso explotador”. ¡Cualquier hombre, dice, que practica la inmoralidad, la impureza o el que codicia un cuerpo ―y lo pone rotunda y francamente― no tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios! En otras palabras, la disolución sexual es incompatible con la fe cristiana, porque la persistencia en ella revela un corazón recalcitrante. Fíjate como refuerza esto: “Sabéis”, dice, y continúa en el próximo versículo: “Nadie os engañe”. No puedes ser cristiano e intenciónada y deliberadamente practicar el sexo fuera del matrimonio, porque lo uno excluye el otro.

Oh, sé que un cristiano puede hacer estas cosas. Dios sabe que la historia es totalmente clara en cuanto a esto. Incluso en las Escrituras tenemos el relato de David, quien, después de años como creyente, como un hombre amado por Dios, cayó en el pecado del adulterio y tomó la mujer de otro hombre. Tenemos otros relatos sobre ello en las Escrituras, y hay cantidad de ejemplos modernos. ¿Con qué frecuencia el mundo cristiano es sorprendido e impactado por algún pastor prominente o un líder cristiano que sucumbe en esta área y tropieza y cae en la inmoralidad sexual? Sé que esto puede ocurrir. Pero la observación que el apóstol está haciendo es que ningún cristiano declarado puede hacer esto repetidamente, ciertamente no en tono desafiante, o sin vergüenza, y ser un cristiano de verdad. El verdadero cristiano, si de hecho cae en ese tipo de disparate, se odiara a sí mismo y detestará su pecado, y se arrepentirá y se volverá y dará de lado su pecado. El hombre que defiende y justifica y excusa este tipo de actividad, o incluso que se gloria en ello, como hacen algunos como una marca de su libertad personal no es, a la luz de esta declaración del apóstol Pablo, un cristiano, a pesar de todas sus declaraciones, y nunca ha sido un cristiano. Déjame leerlo de nuevo:

Sabéis esto, que ningún fornicario o inmundo o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5:5)

Eso no significa que el tal no pueda entrar en el reino de Cristo. Hay un pasaje en la carta de Pablo a los corintios que se refiere a los pecados sexuales ―la homosexualidad, y otras cosas que están listadas ahí― que sigue, diciendo:

Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios. (1 Corintios 6:11)

La gracia de Dios alcanza a aquellos que están practicando estas cosas, es cierto, pero el énfasis que el apóstol está haciendo aquí es que ningún hombre puede declarar ser cristiano y continuar en estas cosas, porque, si lo hace, niega su declaración.

Conozco a un hombre que creció en una familia cristiana, se graduó en un seminario evangélico, cuyo hermano es pastor que enseña la Biblia, quien él mismo fue un cristiano declarado durante muchos años. Recientemente sorprendió a sus amigos al renunciar a su fe, abandonando a su familia y yéndose con otra mujer. Confesó, después de que todo el asunto fue investigado por completo, que había estado durmiendo con otras mujeres durante todo el tiempo que estaba estudiando en el seminario y durante los años en que estaba declarando ser cristiano. Esa actividad demostró, en luz de esta declaración del apóstol, que nunca había sido cristiano, que había estado engañando su propio corazón, así como a otros. Permanece como un ejemplo entre muchos hoy en día de esos patéticos, lamentables esclavos de sus propias pasiones que nunca han sido liberados del cautiverio de Satanás por la gracia del Señor Jesucristo. El punto importante que el apóstol señala es que un cristiano no debe tener nada que ver con la inmoralidad sexual, o está desmintiendo su declaración de ser cristiano. Hay también una cuarta razón, que sigue inmediatamente a esta:

Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos, porque en otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. (Efesios 5:6-10)

Este argumento afirma que toda mala conducta sexual es incompatible con el cristianismo, porque un cristiano ya no tiene ninguna excusa para permitirse eso. Ya no es un hijo de desobediencia; no está inmerso en la red de engaño que es tejida extensamente a lo largo de nuestra época; no se engaña a sí mismo ni tiene lavado el cerebro por la propaganda que está en circulación. Sabe la verdad sobre el sexo. A eso tuvo acceso cuando se convirtió en cristiano. Por lo tanto, es impensable que regrese deliberadamente desde la luz a la oscuridad.

Fíjate de nuevo lo claramente que el apóstol pinta esta imagen. Si un hombre nace de nuevo por la fe en Jesucristo, ha sido, como deja claro el apóstol en esta carta, trasladado fuera del reino de la oscuridad, fuera del poder de Satanás, y es traído al reino de la luz, al poder de Dios. Ha sido mudado del cautiverio que le mantenía indefenso ante la propaganda engañosa y seductora de la mentira satánica, y ha sido traído al poder de Dios. Este es el evangelio cristiano completo. Si eso no ha ocurrido, entonces no ha nacido de nuevo, porque eso es lo que hace el nacer de nuevo. Ahora bien, dice, es impensable que un cristiano que ha sido liberado de la oscuridad y traído a la luz se vuelva de la luz y vaya a la oscuridad; es completamente incompatible con la confesión cristiana.

Sugiere muy simplemente aquí que un cristiano sabe cosas que aquel que no es cristiano no sabe. El cristiano en su confrontación con la sociedad siempre ha de recordar que sabe secretos sobre la vida humana que aquellos a su alrededor que no son cristianos no saben. Es por eso que se espera que actúe de forma diferente, que piense diferentemente, y que reaccione diferentemente a como lo hacen ellos.

Bueno, ¿cuáles son algunas de las cosas en esta área particular que el cristiano sabe o debería saber? Para empezar, debería saber que la mala conducta sexual será el objeto de una propaganda sutil y engañosa, pero muy poderosa. Por eso el apóstol advierte: “Nadie os engañe con palabras vanas”. ¡Ciertamente lo intentarán! Estamos siendo asaltados hoy por un enorme torrente de propaganda, toda sutilmente diseñada para hacernos pensar que los patrones y las evaluaciones del sexo que el mundo en general mantiene son buenos, apropiados, verdaderos, útiles e íntegros. Apenas podemos darnos cuenta de lo poderosa que es esta propaganda. Hay revistas en nuestra sociedad hoy dedicadas abiertamente a hacer que el sexo inapropiado parezca masculino y sofisticado.

La filosofía Playboy es el punto de vista básico de mucha de nuestra gente joven hoy. No digo esto para echar la culpa; estoy solamente declarando el hecho. Están bajo el control, en su pensamiento, sus actitudes y su mentalidad, de un sistema de propaganda sutilmente enrevesado, que presenta el sexo inapropiado en una luz atractiva y seductora que ejerce una poderosa atracción sobre ellos. Un libro, entre muchos que pueden ser mencionados, El sexo y la chica soltera, asegura a las chicas solteras que pueden disfrutar del sexo con una larga lista de hombres atractivos, disponibles y guapos sin una sola preocupación sobre perder el estatus o dañar sus reputaciones; nada malo les va a ocurrir. Esta es la filosofía corriente sobre el sexo que está tan extendida en nuestros días. Es un reflejo de la más antigua mentira que el mundo conoce, la mentira del tentador en el huerto que les dijo a Adán y Eva: “No moriréis; nada os va a ocurrir. Dios dijo que moriréis si pecáis, pero no vais a morir. Nada ocurrirá” (ver Génesis 3:4). El cristiano debería de saber que en esta área se va a soltar en contra de él un torrente de propaganda especialmente efectiva y poderosa. Por lo tanto, no dejes que nadie te engañe con vanas palabras.

Pero el cristiano sabe algo más que el mundo nunca se toma la molestia de recordar, que el apóstol continúa declarando para nosotros. Es particularmente el sexo inapropiado el que suscita la ira de Dios en contra de la sociedad que permite o anima la mala conducta sexual. Es por eso que dice: “porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia”.

Este término, la ira de Dios, es grandemente malentendido hoy. Casi invariablemente la gente piensa sobre ello en términos de relámpagos desde los cielos, catástrofes repentinas, o el día del gran juicio que vendrá finalmente cuando todas las cosas sean traídas a dar cuenta. Bien, no es que no vaya a haber un día de juicio; las Escrituras dejan eso claro, pero eso no es de lo que se trata aquí. El apóstol Pablo declara en su carta a los romanos que la ira de Dios está ocurriendo ahora mismo. En su capítulo inicial a los romanos dice:

La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. (Romanos 1:18)

La ira de Dios es algo que está ocurriendo ahora. ¿Qué es? Bueno, como el apóstol continúa dejando claro en el primer capítulo de Romanos, es simplemente Dios diciendo: “Bueno, si quieres que sea de esta forma, adelante”. Es Dios entregando a los hombres a sus propias pasiones, negándose a ejercitar Su misericordioso control de la maldad del hombre. En otras palabras, es la consecuencia inevitable de la moral equivocada en los individuos que se permiten tales cosas, y no solo la consecuencia sobre ellos, sino sobre los hijos y los hijos de los hijos. Vivimos como parte de un gran paquete de vida atado junto, y lo que una generación hace directamente afecta a la generación que sigue, y la que sigue después de esa. Para decirlo tan simplemente como creo que se pueda decir, la ira de Dios es la animalización de la humanidad, el embrutecimiento de nuestra masculinidad y femineidad esencial, y la desorientación de la personalidad humana que resulta.

La manifestación de ello es el aburrimiento, la inquietud, un sentimiento de desesperanza o inutilidad, una sensación de vacío dentro de uno mismo, acompañado por miedos neuróticos y ansiedades inexplicables, ansias repentinas de violencia o de hacerle daño a otros, entre muchas otras cosas. Nunca se tuvo la intención de que el hombre conociera estas cosas; nunca se tuvo la intención de que viviéramos nuestros días en una tempestad de ansiedad y reacción neurótica. Esto es el resultado del abandono de Dios y la restricción de Su gracia cuando entrega a los hombres a sus pasiones. En formas extremas resulta en una pérdida total de masculinidad o feminidad.

Como Pablo deja claro en Romanos 1, en el caso de pervertidos sexuales, resulta en el cambio de masculinidad por feminidad, o de la femineidad a masculinidad. Es un resultado de Dios dejándolos, permitiendo que consigan lo que quieran, negándose a controlar la maldad del corazón del hombre, para que el hombre pueda ver por sí mismo los horrorosos resultados de la estupidez humana.

Esto también es el por qué la sociedad siempre ha buscado regular el sexo, y el motivo por el que esta presente revuelta en contra de los límites de la sociedad en este respecto es la marca de una civilización enferma y moribunda. Se nos está diciendo hoy que el sexo es algo privado, que es un asunto que ningún estado o institución tiene ningún derecho a regular, es puramente un asunto privado. Eso de nuevo es parte de la gran mentira satánica. Dios ha dado a la sociedad el deseo de regular el sexo porque es la sociedad la que sufre cuando la mala conducta sexual se extiende. Justo como la sociedad regula cada fase de su existensia donde sus mejores intereses pueden ser amenazados, así mismo está bien que debiera regular esto. El sexo no es un asunto privado. Nunca lo fue, y no lo puede ser. Ningún hombre es una isla, viviendo para sí mismo. Es increíble como los liberales aman esa filosofía cuando se aplica a los derechos civiles y otras cosas, pero absolutamente renuncian a ella cuando se trata del asunto de la conducta sexual. Dicen que los asuntos sexuales son privados y sólo nosotros debemos regularnos. Pero ningún hombre puede vivir para sí mismo. Lo que cada uno hace afecta a todos, y, lo que es más, afecta a la próxima generación y la que viene después de esa. La humanidad es un arroyo ininterrumpido de vida. Lo que nosotros hacemos y lo que pensamos en relaciones privadas no es privado para nada, ya que nuestra influencia y la actitud de nuestra vida está constantemente transmitiéndose a otros, tocando a otros. Por eso una infestación moral, una infección como esta, se extiende rápidamente a través de todo el tejido de la sociedad humana. Y es por eso que está bastante bien que estas cosas deban ser reguladas, en tanto que se pueda obtener la regulación, por medio de la ley y los límites éticos sobre la sociedad.

Ahora bien, a menos que pienses que este es meramente un punto de vista cristiano malhumorado, déjame compartir contigo una cita que me encontré en un memorándum emitido por el decano de una universidad cercana a sus estudiantes:

El acto sexual es la más compleja, precaria y personal, a pesar de Shaw, de todas las relaciones humanas. Justo como puede ser potencialmente la más gratificante, también puede ser la más dañina. Tomada sin cuidado o casualmente puede tener efectos devastadores sobre los individuos involucrados. Es por esto que todas las sociedades han rodeado la relación sexual con códigos morales o tabúes de varios tipos. Estos son testimonio de la importancia de ordenar o definir la relación de tal manera que proteja tanto al individuo como a la comunidad de la cual es parte. Para la gente joven y soltera que entre en una relación sexual que no tiene la intención de culminar en el matrimonio es, en el mejor caso, el correr riesgos para su propia salud psíquica. Uno oye frecuentemente de gente joven idealista que comienzan relaciones sexuales con solemnes promesas de no hacerse daño mutuamente, con garantías de respeto mutuo y, a menudo, de afecto. Pero es muy ingenuo, de hecho, el creer que se puede contar con tales garantías para proteger a los individuos involucrados contra la profunda infelicidad. La relación sexual necesita el apoyo, la nutrición y la estabilidad que el matrimonio provee. Lo que está involucrado básicamente en una relación sexual próspera es lo que está ―o debiera estár― involucrado en todos los esfuerzos humanos: un fuerte sentido de decencia, una consideración por el valor personal y la integridad de otros, y un entendimiento de la naturaleza de la obligación. Seriamente disminuyes tu propia humanidad cuando te involucras en relaciones casuales y apresuradas. El uso sexual sin cuidado y despreocupado que un hombre hace de una mujer es simplemente explotador. En la misma medida, la mujer que es tontamente promiscua trivializa y degrada su ser más profundo.

Eso es solo una reflexión de las verdades y las realidades básicas presentadas aquí por el apóstol Pablo. Un cristiano ha de entender estas verdades. Sabe esto sobre el sexo, que es un área muy sensible, muy importante de la vida humana, que afecta drásticamente toda nuestra sociedad. También, el cristiano sabe, o debería saber, que no se puede identificar a sí mismo con estas falsas ideas. Como dice el apóstol: “No seáis, pues, partícipes con ellos”. Bien, eso no se refiere a la asociación con la gente. En su carta a los corintios deja eso claro. Dice: “Os he escrito por carta que no os juntéis con los fornicarios. No me refiero en general a todos los fornicarios de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones, o idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo” (1 Corintios 5:9-10). Cuando dice: “no os juntéis con ellos”, no tiene en mente a la gente, sino a sus prácticas. No os volváis partícipes con ellos en estas cosas. Eso es lo que está diciendo.

Bueno, alguien dice: “Mira, si no participó de estas prácticas, mis amigos pensarán que es extraño y perderé mi posición con ellos”. Bueno, ¿qué prefieres? ¿Estás interesado, como cristiano, en complacer a gente engañada, crédula, ofuscada y tonta, o en complacer al Señor de luz y gloria? Esa es la decisión esencial que el apóstol presenta frente a nosotros. “Andad”, dice: “como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor”. No des la espalda a la luz ahora que has sido llamado a salir de la oscuridad. La quinta razón por la cual la laxitud sexual es incompatible con la fe cristiana se da en los versículos 11 a 14:

Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas, porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas, porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. (Efesios 5:11-14)

La disolución sexual es incompatible con la fe cristiana, porque al cristiano se le indica que desenmascare el verdadero carácter de la maldad sexual. No puedes desenmascarar algo y al mismo tiempo permitírtelo. Es totalmente inconsistente. La iglesia de Jesucristo está dirigida por el Espíritu Santo para ser la fuente de información correcta sobre el asunto del sexo. Pablo dice que la iglesia es “columna y defensa de la verdad” (1 Timoteo 3:15). No dudo en decir hoy que es solo la iglesia la que puede enseñar al mundo la verdadera naturaleza del sexo. Como deja claro el apóstol en su carta, incluso el serio intento del mundano hecho con la más completa sinceridad intentando aliviar los problemas de la sociedad, no lo ve con claridad; está embaucado y engañado. Por lo tanto, no podemos aceptar las declaraciones del mundo y las autoridades mundanas en estos asuntos sin comprobarlos con la verdad de las Escrituras.

Pero el trabajo del cristiano es llamar la atención en estas áreas. Debe de desafiar estas falsas ideas. Ha de arrancar la máscara de estos conceptos equivocados, revelar la verdad, la verdad de Dios sobre el sexo. Si necesitábamos alguna mínima justificación para un mensaje como este, aquí está: El apóstol dice: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas”. Traedlas a la luz, hacedlas visibles. No significa el condenarlas. El mundo está muy poco impresionado por la gente que se dedica a condenar. Lo que la iglesia debería hacer es amablemente enseñar la verdad sobre estas cosas, deshacerse de las mentiras, revelar los hechos básicos, y dejar que los hombres vean que lo que Dios ha planeado para el sexo es íntegro, bello, maravilloso, y solo apropiadamente protegido por los vínculos del matrimonio. Dentro de esa área no hay límite para el disfrute del hombre del sexo. Dios ha provisto ampliamente para ello.

La gente joven siempre está buscando una causa que apoyar. Lo mismo que mucha de nuestra sociedad, quiere rebelarse en contra de algo. Bueno, ¿puedo sugerir algo? ¡Rebelaos en contra de la rebelión! A eso exactamente es a lo que se llama a los cristianos. Romanos 12:2 dice: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos… ”. Sublevaos en contra de la falsificación de la verdad que es tan corriente hoy. Rasgad los velos de esos espectros esquivos que agarran a los hombres hoy y los hacen tener esperanzas de encontrar algo bello, sano y maravilloso en el abuso del sexo. No lo encontrarán para nada. Ayúdales a ver eso. Rasga esos velos.

Pero primero despiértate tu mismo; esa es la palabra aquí: “Por lo cual dice: Despiértate, tu que duermes, y levántate de los muertos…”. Alertad vuestras mentes y corazones. Date cuenta que en la Palabra de Dios tienes los hechos tal y como son. Cristo te dará luz. Entonces, háblale a alguien sobre ello. Exhíbelo en todas partes. Habla sobre el sexo. Capitaliza el interés universal en este tema hoy en día; es perfectamente apropiado. Ayuda a que la gente vea que esto es parte del anhelo del corazón de Dios de amor redentor que siempre está buscando apartar a los hombres de aquello que destruye, arruina, marchita y crea infelicidad y miseria, y devolverlo a la integridad y júbilo y el vivir la vida como Dios planeó que el hombre la viviera. Expón estas cosas: “la luz es lo que manifiesta todo”. Cualquier cosa que aparta lo falso, la farsa, y expone los hechos, es luz. No hay nada malo en eso. Pablo nos llama, por lo tanto, a emprender una cruzada positiva en contra de las mentiras sexuales y a hablar sobre estas cosas. Fíjate como lo pone en su carta a los filipenses. En Filipenses 2:14, dice:

Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprochables y sencillos… (Filipenses 2:14-15a)

“Oh”, dices, “para poder hacer eso debemos mudarnos a un monasterio en algún sitio o buscar un centro de conferencias cristiano; ese es el único sitio seguro”. ¡No, no, míralo!

… hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo. (Filipenses 2:15b)

O como dice la versión ampliada: “en medio de una generación de ladrones y pervertidos”. ¡Qué causa! ¡Qué desafío! ¿No oyes el sonido de la trompeta en esto? Estoy pasando rápidamente más allá de esa edad que conocemos como juventud, pero siento en mis venas esa llamada de la sangre joven a responder a la causa que demanda todo de un hombre o una mujer, un niño o una niña.

Oración:

Padre nuestro, te damos las gracias por esta verdad, tan objetiva, tan simple, y tan claramente presentada. Qué gozo es darse cuenta de que cada vez que venimos a esta Palabra esto es lo que experimentamos: la verdad clara, la revelación de cosas tal como son, los hechos sobre la vida. Ayúdanos a tener la gracia de creer, porque viene de Aquel que nos amó y que se dio a Sí mismo por nosotros, quien no se ha guardado nada de nosotros. Que, por tanto, caminemos como este versículo sugiere que caminemos, brillando como luces en un sitio oscuro. Te damos las gracias por este privilegio en nuestro día de oscuridad, en el nombre de Jesús. Amén.